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Mostrando entradas de agosto, 2019

Los grandes no lloran

Ando sensible. Vulnerable. Permeable.   Observo las flores en tonos púrpura y me conmuevo, jamás había visto un color similar en otro lugar que no fuera en la naturaleza. Entonces dirijo mi mirada hacia los árboles de mi barrio, que son muchos y de diversos tipos, todos pintados de una variedad de verdes incontables y siento a mi corazón estremecerse. Diego me trae una hoja caída del limonero de nuestro patio y me invita a sentir su aroma, tiene un perfume cítrico profundo, delicioso, embriagador. Me emociono.    Leo algunas páginas de mi última lectura y lloro. Luego me adentro en las historias de vida que narro para mi trabajo, todas signadas por espíritus rotos y vueltos a renacer, fuertes, resilientes, y mis lágrimas vuelven a brotar incontrolables.    Regreso a casa en tren y un hombre indigente que huele a alcohol barato les pregunta a los niños que están a mi lado si están disfrutando de sus vacaciones, “aprovechen que se acaban”, les dice, y una de las niñas