Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2018

A veces cuesta dejar ir

“Hay que dejar ir a las personas que ya cumplieron un ciclo en nuestras vidas”, me dijo una conocida hace  poco . “Llegaron para enseñarnos algo y ,  en muchos casos, cuando el propósito ya fue cumplido no permanecen, siguen viaje”.   Mientras la  oía miré a mi alrededor.  Me  encontraba en un espacio cálido y que  mis ojos veían por primera vez . A llí  todo olía naturaleza cítrica y por el ventanal entraba una luz suave pero mágica. Una especie de halo que  nos  permitía respirar paz. Observé el té ,  que me esperaba servido y humeante ,  y sonreí. Adoro el té y más si me  aguarda  en tazas tan delicadas, de estampado clásico, como aquellas que reposaban en una pequeñísima mesa ratona. “Sí, puede ser”, le dije mientras mis labios se deleitaban  con el  tacto de la infusión.   Después de aquel encuentro regresé a trabajar con una sensación liviana, casi dulce. Y muy pensativa.   No sé si adhiero mucho a la idea de destinos y propósitos, aunque sí creo firmemente

A veces sigo confundiendo empatía con simpatía

Sucedió hace unas cuantas semanas . Me encontraba  en la fila del supermercado  a la espera de  mi  turno, una instancia que me impacienta bastante en esta vida y que  suelo consumir  mirando   mi  celular, e l  techo, los productos cercanos, las caras de los extraños y los gestos del personal.   De pronto, las palabras de la mujer que estaba pagando en la caja llegaron a mis oídos, nítidas: “No, no le digan a tu hermano que le queda poco tiempo de vida. Te lo digo por experiencia: nosotros decidimos no decirle a mi nuera en su momento y fue mejor. ¿Para  qué  pasar por esa instancia? Jamás hay que decirle a alguien que va a morir pronto. Se vive mejor sin saber”.   Ella lo afirmaba con una seguridad arrolladora, como quien  posee  las claves de la vida, las verdades absolutas y a mí todo el diálogo me dio impotencia, indignación, hasta rabia. “Claro, claro”, le acotó la cajera, “Creo que  tenés  razón. Es mejor”.    “Mejor para ustedes” , pensé yo con enojo