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Mostrando entradas de julio, 2018

Aprender a danzar con el enojo

Entre la sensatez y los sentimientos, hay momentos en que mi danza espiritual se transforma en un baile arrítmico, alocado, frenético. Y entonces, inevitablemente, esos océanos que habitan en mí  provocan  contracorrientes, choques de aguas eufóricas que generan olas tan inmensas que se vuelven indomables para mi alma.   Es ahí es ahí cuando pierdo el control y todo desborda.   Todo explota.   Todo llora.   Sucede por ese maldito enojo contenido, esas palabras no encontradas, ese querer suavizar la vida para mantener en pie el castillito mío llamado paz a capa y espada, cueste lo que cueste.   Pero  detrás de los muros que protegen mi fortaleza no hay aire, hay emociones, y las emociones son como el agua, SON AGUA. Y el agua trae la vida y la muerte, el agua contiene ira y tranquilidad.   Con ciertos vientos el agua crece o baja. Y en crecida empuja, implacable.   Entonces, aquellos muros míos tan celosamente construidos se  resquebraja

Sobre el coraje de emprender el viaje del héroe

Me recuerdo con cuatro o cinco años vagando con mi hermano por los extensos descampados de uno de los barrios de nuestra infancia. En la cuadra, eterna y enmarcada por calles de tierra, apenas sí había dos o tres casas perdidas entre la maleza salvaje y sin cortar. Aquellos  pastizales eran tan altos que sobrepasaban mi cabecita infantil y yo imaginaba que estaba en la selva de algún país exótico y lejano.   Cierro los ojos y puedo sentir el perfume de la vegetación descontrolada y del barro mojado proveniente de los charcos que creábamos para alojar a nuestros sapos, que eran nuestras mascotas, junto a nuestro perro y algún conejo de turno tan blanco como el merengue y que nunca vivía demasiado.   Las vacaciones de verano eran nuestro paraíso eterno. Entre el calor y el sonido estridente  de las  chicharras,  los  grillos, los tábanos y las abejas, el tiempo  se sentía como suspendido, creando una nueva dimensión dentro de la rutina anual de nuestra corta vida. Por aq