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El aquí, el ahora y la ansiedad

Últimamente por las noches me agobian pensamientos que durante el día se ocultan adormecidos por la anestesia de los ruidos y los quehaceres de la cotidianidad. Los mismos representan mis temores que, con mucha insolencia, cobran dimensiones exageradas por el silencio y el encuentro inevitable con mi ser en esa oscuridad. ¡Increíble!, pienso, ¡De día estos miedos se camuflan hasta minimizarse y de noche surgen superlativos y desproporcionados! Y, definitivamente, ninguno de los dos estados refleja la realidad.  

Y en esa oscuridad engañosa las sensaciones en mi cuerpo se aceleran y desaceleran, como si mi lecho fuera una montaña rusa sin cabina de control ni guarda, un espacio regido por el pulso de mis emociones impredecibles. 

Entonces, en un acto de sensatez y guiada por ciertos aprendizajes, me digo: no existe nada más que este aquí y este ahora, y me entrego a él. No importa el ayer ni el mañana. Solo vale este instante en donde soy consciente del peso de mi cuerpo que reposa en esta cama. Y respiro y me calmo. Y de pronto me regocijo con esa sensación y me duermo. 

Bryan Adam Castillo
Entregarse al presente. Vivir en el aquí y el ahora. 

A veces creo que, en medio de tantas formas enlatadas del bienestar que consumimos, nos mareamos un poco con aquello que significa vivir el presente. Entonces nos sentimos culpables sino disfrutamos del hoy al máximo, con la idea de que podemos morir mañana. Así, desconcertados, nos preguntamos cómo es que debiera llevarse eso a cabo y, sumidos por esa incertidumbre, muchas veces nos paralizamos aún más. 

El otro día hablaba con una amiga acerca del aquí, el ahora y la ansiedad. “Vivimos en una sociedad ansiosa”, decíamos, “Una que no solo se ancla en ciertas nostalgias, sino que se sujeta a ese futuro que lo quiere para hoy, sin comprender que en la vida todo lleva su proceso”. 

Proceso para una transformación.  

Siento que vivir en el aquí y ahora, vivir el presente al máximo, no significa necesariamente salir corriendo hoy a meditar a la India, largar todo sin miramientos, hacer el amor todo el día, ni tirarnos en paracaídas porque eso es sentirse vivo, sentir adrenalina. No lo es, porque somos sujetos sociales atravesados por una vida, construimos y somos construidos; no lo es, porque tal vez tenemos hijos, tenemos compromisos tomados, tenemos trabajos que cumplir y no estamos solos, sino que en sociedad. 

Pero sí creo que vivir el presente es detenernos a atender nuestras emociones, escucharlas, procesarlas y trabajar para un presente futuro que, por ejemplo, sí incluya un viaje anhelado a la India o aquello con lo que tanto hemos soñado. Siento que estar en el aquí y ahora, es abrazar con consciencia el estado en el que sea que estemos actualmente, observarlo, sentirlo y reconocer lo que en él nos hace bien y nos hace mal. 

A lo largo de mi vida, solo fue en los reconocimientos del cómo estoy hoy, donde pude trabajar por un mejor mañana. Lo hice cuando me permití vivir el presente asumiendo no solo todo lo bueno, sino todo lo malo con consciencia para dolerlo, pesarlo, sangrarlo al punto de desear soltarlo.  

El problema, en mi caso y en el de mucha gente que conozco, es que no nos damos tiempo para procesar y sentir el pulso de cada emoción y sus demandas. Lo vivimos con ansiedad. 

Bryan Adam Castillo


“No puedo llegar a una tercera cita sin querer ahorrarme ya todo”, me dijo otra amiga hace poco. “Quiero vivir el amor, quiero la cotidianidad, quiero la confianza y mirar pelis en pijamas ya. Todo el proceso del medio no llego a tolerarlo”. 

Así, en nuestra ansiedad, queremos por ejemplo el resultado llamado Amor sin comprender que para ello debemos construirlo en una serie de “aquís y ahoras” que traen consigo diversas etapas de estados emocionales impredecibles.  

Tan ansiosos estamos, que muchas veces nos cuesta demasiado lidiar con nosotros mismos. Menos paciencia tenemos entonces con los estados de otros y, menos aún, para atravesar por esos procesos emocionales desconocidos que implican un construir de a dos. Y claro, así es natural que hacia una tercera, cuarta o quinta cita, todo se deshilache. Entonces preferimos creer en el amor a primera vista, que incluya YA el sillón compartido, los mimos y la familia, porque lo que buscamos es ahorrarnos cualquier proceso. 

A mí me pasa con mi emprendimiento. Lo comencé en marzo y siento que todo tiene tantas fallas y que debería tener todo resuelto. Entonces un miedo descontrolado me asalta y quiero rendirme ante todo y volver al lugar conocido que me daba sustento seguro, pero no me traía felicidad.  

“Estás ansiosa, Cari”, me dijeron, “Mirá todo lo que lograste, observá lo que hay que mejorar y trabajá de un día a la vez por lograrlo. Ningún objetivo que quieras que dure se construye en tan poco tiempo. Es un proceso físico, mental y emocional”. 

Sí, eso es para mí vivir el aquí y el ahora: observar en el presente a mi cuerpo, a mi mente y a mis emociones en relación a mis proyectos de vida y hacerme cargo de ellos para trabajar, paso a paso, sin prisa pero sin pausa, por crear otros nuevos presentes que sean mejores que los anteriores. 

Y por las noches, sin embargo, sentir tan solo el peso de mi cuerpo en el calor de mi lecho y entregarme a los dulces sueños, sin pensar en el ayer ni en el mañana. 
*
Ustedes, ¿Siente que a veces viven con mucha ansiedad? 

Para cerrar, les compartó este temazo, para que disfruten hermosas sensaciones aquí y ahora: 


Comentarios

  1. Me encantó este escrito, me siento identificada con esa ansiedad de querer todo para ya, ahorita jeje sin embargo he trabajado con mis emociones y pensamientos durante 7 años a raíz de una parálisis facial que me hizo para y observarme. El comienzo fue duro, sentir mi cuerpo sin la anestesia del ajetreo diario fue una experiencia de mucho temor y ansiedad, sin embargo era necesario para empezar a relajarme, a saborear tanto lo dulce como lo amargo de la vida y vivir el proceso, los duelos, los cambios, las alegrías y saber que eso es la vida también.
    Ahora creo que soy más dueña de mi mente y emociones respecto a eso, me siento cómoda en un día feliz y con risas y también en un día triste o de algún enojo así que me ha servido el trabajo personal profundo. Ahora mismo estoy viviendo cambios importante en mi vida tanto en la parte profesional como personal y me observo en cada sensación ya que en los inicios es cuando suelo querer saltarme el proceso precisamente por la incertidumbre que experimento jeje.
    Gracias por tan increíble escrito. Abrazos!!

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    Respuestas
    1. Hola Rocío! Gracias por compartir tu experiencia. Me alegro de que ahora te sientas dueña de tus emociones:) Te deseo todo lo mejor en lo que viene, sintiendo cada instante del proceso. Abrazo fuerte!

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