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Sobre qué es lo que realmente me haría feliz, y otros temas que nos cuesta afrontar


Hace apenas unas semanas fui parte involuntaria de una conversación muy animada entre mis compañeros de trabajo. Involuntaria, porque me encontré atrapada en el medio, escuchando, pero sin participar. 

Hablaban de una persona que apenas sí conocían, de sus procederes y sus decisiones de vida. "Quiere ser actor", dijo uno de ellos, con una mueca extraña. "De trabajar ni hablar, ¿no?"respondió su interlocutor. "Olvidate, vive en un mundo irreal, no sabe lo que es el trabajo", replicó el primero. 

Ese día, como muchos otros, regresé a mi casa en un tren llamativamente atestado de personas, teniendo en cuenta la época del año. Observé las caras, las líneas de expresión, los rostros cabizbajos y las miradas hipnotizadas en las pantallitas de sus celulares inteligentes, muchos de ellos último modelo.  

Una angustia extraña se acercó a mis pies y los transformó en plomo; luego, comenzó a trepar por mis piernas hasta invadir mi corazón y atrapar mi garganta, implacable. ¿En qué mundo vivimos?, me pregunté. Todas estas expresiones perdidas, ¿pertenecerían a seres humanos felices? A veces, en especial cuando viajo en tren y me bajo en Retiro a la hora pico, siento que somos esclavos caminando hacia el matadero, subhumanos marchando a la par, robotizados, programados para hacerlo sin demasiados cuestionamientos, alentados por la perspectiva de un nuevo celular a fin de mes y aquellas perfectas vacaciones ya planificadas. ¡Y qué escándalo si justo en esas dos semanas llueve o nos peleamos con nuestra pareja y nos arruina el único respiro libre de todo el año! 

Por momentos siento que, sin darnos cuenta, nos gusta ser esclavos, formar parte de un sistema que nos organiza, nos ordena y nos aliena. Decimos que la rutina nos ahoga, pero no sabríamos qué hacer con tanta libertad... tampoco lo debatimos demasiado. Los interrogantes nos asustan, lo diferente nos llena de pavor. El miedo nos domina.  



Miedo. Confieso que lo tengo, pero que no me voy a dejar vencer. En pocos días, y después de años y años de responder por intereses y objetivos de vida ajenos a los propios, me pararé ante mi jefe y le diré que se acabó, que voy a desplegar mis alas y volar hacia paisajes elegidos por mí, unos en donde rigen tiempos propios y aquellos sueños que salen exclusivamente de mi corazón. 

"Pero Cari, ¿tenés asegurado el mismo ingreso?  ¿Por qué dejar un trabajo seguro por un emprendimiento que no te puede brindar la certeza de estar pisando suelo firme? ¿Y si te ofrecen el doble para que no renuncies?" Esas y muchas otras preguntas llegaron a mí durante estos días. Y la respuesta a todo es NO: no tengo nada asegurado y aun así no aceptaría seguir en la misma dinámica ni por todos los sueldos y el oro del mundo. 

No cambiaría mi decisión, porque llegué a un punto de mi vida en el cual ya no quiero trabajar por el qué dirán, por la imagen vanagloriada de que el trabajo es sinónimo de sacrificio sufrido, ni por las posesiones efímeras que trae la promesa del dinero, pero que casi inevitablemente nos alejan de la calma espiritual y el amor.   

Ya hace tiempo me dejó de importar el ajustarme y despojarme, porque confío en mi capacidad para trabajar por mis sueñospor lo que amo y aspiro.  

Hoyquiero trabajar por el bienestar de mi alma. 

Obedecí reglas por muchos años y lo volvería a hacer si fuera necesario. No soy necia y sé que ni el mundo, ni el contexto siempre lo permiten y que cuando hay hambre y necesidad, todo trabajo es un trabajo bienvenido. Pero, si llegamos al punto en el cual podemos despegarnos de las imposiciones ajenas para luchar por nuestros sueños...  entonces digo: despertemos, accionemos, porque un mundo copado de seres humanos que aman lo que hacen, será un espacio de personas más amables, más sonrientes y que harán de toda nuestra existencia un pasar mejor.  

Soltar mandatos familiares y sociales, desprenderse de la seguridad de una paga constante, salirse de las rutinas meticulosamente impuestas y disponer de nuestro tiempo, es atemorizante. Por eso, creo que la mayoría de la humanidad bloquea en su inconsciente la pregunta ¿qué es lo que me haría realmente feliz? Ahogamos la pregunta, porque abre demasiadas ventanas; todas aperturas que nos conducen a la inevitable situación de tener que cuestionarnos tantos años invertidos en procederes sociales arrastrados por generaciones y en donde nuestras conductas, muchas veces, se disfrazan de independientes, sin serlo. 

Por eso, porque le tenemos pavor a lo que pueda destapar una simple pregunta, es que muchas veces preferimos mirar con recelo a aquel que, a pesar los miedos, a pesar de los mandatos, a pesar de la mirada social, se anima a trabajar por aquello que ama hacer. Preferimos vivir convencidos de que existen una serie de esquemas de vida que representan "la realidad" y que lo que está al margen es irreal, como si por aquellos horizontes las personas y las cosas se volvieran intangibles. 

Fluimos con la idea de que el trabajo es sinónimo de pasarla mal, que significa doler y sufrir, y en donde es correcto padecer una esclavitud encubierta y sentir nuestro sacrificio ingrato. Con este pensamiento, para muchos, si no es esclavo, no es trabajo. Actuar, bailar, cantar, cocinar, tocar un instrumento, escribir, hacer artesanías y tantas otras actividades que para una gran parte de la mirada social no pertenecen al espectro de un trabajador de verdad porque trabajar en serio, es levantarse al albasalir a pelear la vida y romperse el alma 

Lo que muchas personas olvidan es que, para poder vivir de lo que uno ama y con la sensación de que uno lo está haciendo bien, no existe otra opción más que la de levantarse al alba y romperse el alma. Para todos nosotros, incluso para aquel que nació rodeado de fortunas y dinero, no existe posibilidad de éxito verdadero, de reconocimiento propio y por parte de los otros, sin esfuerzo. 



"La diferencia está en por qué nos sacrificamos. ¿Lo hacemos por los sueños propios o por los ajenos?", me comentó Diego ayer, respecto a este tema. 

Mi amiga Loli, sobre la cuestión, me dijo: "Yo estuve durante décadas trabajando para una empresa. Di años de mi vida, ahorré e invertí. Hoy me dedico a estudiar y la gente me mira con horror y me cuestiona: ¿cuándo vas a volver trabajar? Sabés, Cari, estudiar requiere de un enorme trabajo y que me guste es sólo un plus. Pero para la mayoría, si no es pasarla mal y no involucra un salario, no es trabajo. Mientras muchos estaban gastando su dinero en cosas que no necesitan, yo lo estaba invirtiendo para hacer lo que amo. Lleva tiempo y paciencia, pero se puede". 

Hoy, mientras repaso la conversación de mis compañeros de trabajo, me invade la certeza de que cuanto más juzgamos la vida y las decisiones ajenas, más tristes e insatisfechos estamos con nosotros mismos. Porque, aquel que se siente bien espiritualmente, poco tiempo tiene para criticar el proceder de terceros.  

Creo que en vez de dilapidar el coraje que tienen otros para lanzarse a trabajar por sus sueños, es tiempo de mirarnos al espejo y tomar el valor de preguntarnos: ¿qué es lo que me haría realmente feliz? Respondámosnos en voz alta y enfrentémosnos al desafío de trabajar por ello y, en esa travesía, colaborar para que todos formemos parte de un mundo mejor. 

Porque, aunque suene idealista y lavoces y las experiencias muchas veces afirmen lo contrario, ni el amor verdadero, ni el trabajo, deberían ser sinónimos de sufrir. 

Ustedes, ¿se animaron a preguntarse qué es lo que realmente los haría felices?      

Para despedirme, los invito a que escuchen este tema compuesto por un gran artista. Lo dejo subtitulado, la letra es imperdible.



Beso, 
Cari 

Comentarios

  1. Hola Cari! Hace bastante te leo. No suelo comentar. Me gusta mucho como escribís. En general me siento identificada en todo. En este caso en particular más que cualquiera. Estoy en un proceso de plantearme que me hace feliz. Y dejar a un lado muchos mandatos y estructuras. Todos somos diferentes. Por ende no es para todos el trabajar oficina, cumplir horarios. Me parece que nos falta crecer como sociedad para aceptarnos y nos juzgar las diferencias. Hoy me pasa que admiro la gente que logra conectarse con su felicidad y jugársela. Así que realmente te felicito. Gracias por este post. en mi caso es muy inspirador. Beso grande!

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    1. Hola Male! Gracias por tus palabras, por compartir. La verdad es que sí, nos falta mucho evolucionar. Ahora con esto de las redes y la noticia instantánea, juzgar está más al orden del día que nunca. Pero lo bueno es que nos destapa como humanos, nos pone en evidencia... cómo nos espejamos, cómo le tememos a lo distinto, cómo agredimos con tal de justificar nuestra realidad y por tenerle tanto miedo a nuestros propios cambios.
      Qué suerte que te inspiró, ojalá que todas tus metas se vuelvan cada día más posibles y que, una mañana no muy lejana, te levantes lejos de las estructuras que no te identifican. Beso grande y gracias por acompañar :)

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  2. ¡Hola, Cari! Creo que la persona que juzga es la que no se atreve a rever su vida y realizar los cambios que la ayuden a ser feliz; o simplemente porque tienen una idea tradicional que les han impuesto y no pueden ver que hay miles de posibilidades. Yo lo he vivido. Desde hace un tiempo que trabajo de manera autónoma (doy clases particulares y talleres educativos) y muchas veces me han dicho que lo que hago no es docencia. Está bien, no trabajo en una escuela; pero cumplo la función de docente, ayudando a los alumnos que tienen dificultades, cuando las mismas no son resueltas en las instituciones. Me siento más útil y más productiva con este trabajo, y obviamente me siento feliz, porque es lo que me gusta hacer y no hay nada como ver la cara de satisfacción de mis alumnos cuando han aprendido algo. Creo que cada uno debe buscar el camino que le llene el alma y dejar de escuchar a los demás, especialmente a los que buscan siempre un motivo para criticar. Como siempre, éxito en tu nuevo camino. Besos, Jime.

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    1. ¡Hola Jime! Es increíble la cantidad de gente tradicional que me estoy encontrando últimamente, en el sentido de que son estructurados y juzgan. Que te miran como "de arriba" si no seguís las pautas al estilo "vieja escuela". Que si no estás en el aula, no sos docente; sino estudiaste en tal o cual lugar, tu formación no vale tanto; y, tal como pongo en el post, sino te sentís agobiado, no es trabajo... Creo que es hora de darnos cuenta que hay miles de maneras de vivir la vida y que, por más que uno crea que las formas propias son las verdaderas, no quiere decir que no haya otras... También te felicito a vos por tu voluntad y coraje para seguir tus sueños. Beso!!

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  3. Hola Cari! Tu post es genial! Soy astróloga y tarotista, y la felicidad que me dá trabajar de lo que amo, organizar mis horarios, y hacer todo lo que me gusta, no tiene precio!!
    Me he cansado de escuchar " de eso trabajas? Y ganas dinero para poder vivir?" , Solo los que tenemos este " privilegio" sabemos la alegría que se siente!
    En mis talleres, trabajamos mucho estos temas, porque en general fueron criados así y no saben que hay otras formas de vivir, cuando aprenden, a las personas les cambia la vida.
    Tus escritos don inspiradores! Gracias!!
    Carla

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    1. Hola Carla! Qué bueno que te haya gustado. Gracias por tus palabras y por compartir tu experiencia. Muchas veces, a aquel que pareciera que todo lo tiene como para elegir su propio camino, es al que más le cuesta, porque debe romper con mandatos muy fuertes. Te felicito por tu valentía de seguir tus convicciones y por no dejarte llevar por el qué dirán. Beso grande!

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  4. Hola! Escribo, comento, pienso mientras tanto. El texto es un torbellino de varias ideas: El juzgamiento, la vocacion, el empleo, el trabajo, la remuneracion, la dependencia, la independencia, etc etc. Conceptos que se relacionan tan bien, pero que en realidad son tan distintos, tan diversos... una hermosa ensalada... sin embargo todo esta redactado como para que cualquiera se ponga el saco que le quede comodo o mas le guste.. con animo de aportar otra mirada digo que solo pueden darse el lujo de optar aquellos que tienen sus necesidades basicas cubiertas y quizas les sobra un poco de dinero para un poco mas.. pensemos en las personas que viven en las villas, cuantos pibes hay que al nacer ya tienen coartadas sus libertades por el entorno en el que les ha tocado nacer o el ambiente en que se mueven, cuanta gente que sin vivir en situaciones extremas trabaja de lo que puede porque hay que "parar la olla", hay que mantener una familia, hay que criar a los pibes. ¿Cuantas de esas personas que vos has visto en la hora pico del transporte publico tienen ese lujo de optar y seguir su vocacion? ¿cuantas de ellas anhelan pero no pueden darse el lujo de optar porque si no se mueren de hambre? Esa tan publicitada felicidad que se impone solapadamente como camino y que seguramente nos realizara y los hara felices pero que solo pocos pueden tomar. Aristoteles afirmaba que "la unica verdad es la realidad". Cada quien conoce la suya, cada cual conoce medianamente sus potencialidades o debilidades, y hasta quizas muchos conocen su verdadera vocacion. Pero de una cosa estoy muy seguro: no todos tienen la posibilidad (lujo) de optar por lo que quieren. No siempre es regla ineludible que "uno es artifice de su propio destino" hay muuchos factores externos que favorecen o no al logro de nuestras metas-misiones. Saludos!

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    1. Yo creo que el post habla más bien de la gente que, teniendo las oportunidades, decide conformarse y critica a otros que sí se animaron a vivir, como pueden, de lo que les gusta.
      Y creo también que las oportunidades deberían ser para todos.

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    2. Hola Mauro,

      Gracias por compartir tus pensamientos. Coincido en mucho de lo que decís y entiendo tu punto. De hecho, lo menciono en el post cuando digo que cuando hay hambre y necesidad, todo cambia, pero que si estamos en el punto de poder reaccionar, entonces es hora de accionar. Hablo de las miles de personas que tienen la posibilidad y no lo hacen.
      En mi caso, por ejemplo, no tengo casi ahorros, no tengo propiedades de ningún tipo (alquilo), siempre viví de lo que gano al mes y nadie de mi entorno podría mantenerme si yo no me proveo. Me da un miedo terrible dar el salto que voy a dar porque no tengo colchón, salvo la convicción de que seguro me va a ir bien. Desde ya que es más seguro quedarme en el lugar que estoy, pero no puedo hacerle más oídos sordos a mis angustias y mi insomnio. Por eso voy a accionar.

      Desde el punto de vista sociológico y antropológico, no creo que sea de gran ayuda para nuestro bienestar vivir pensando que no podemos analizar nuestros comportamientos, porque hay otros que no pueden ni empezar a imaginar una vida diferente. La persona que nació en la villa, desde ya que tiene una realidad diferente a la mía y una vida marcada desde antes de nacer. Peor el niño que ya nace con VIH o desnutrido en África. O aquel que no puede caminar, o nació ciego y sordo (sí, las dos cosas), como la hermana de una amiga... Siempre va a haber alguien que esté en un contexto más desfavorable de vida, y no por eso debemos vivir zombies y con la creencia de que debemos conformarnos con lo que tenemos "porque siempre se puede estar peor". Opino que nada evoluciona para bien con ese pensamiento. Creo que uno se debe pensar y desafiarse desde su realidad para dar saltos de importancia en la vida.
      Y, como dice Romina, el post va más bien dirigido al que juzga el prójimo por no seguir los mandatos de lo que significa trabajar, tan solo porque no se anima a repensarse en su propia vida cuando podría hacerlo.

      Me gustó mucho todo lo que compartiste. Gracias y saludos! Cari

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  5. Hola Cari! Muy bueno el post, creo que le sirve a personas que estén en distintas situaciones. Por ejemplo, yo sé que mi trabajo me agobia y que me quedo porque en este momento me conviene. Me recibí hace poco (soy diseñadora industrial, nada que ver con mi trabajo de administrativa) y todavía no sé qué es lo que quiero, cuál va a ser el nicho donde pueda desarrollarme. Sé que lleva tiempo encontrar esto, así que en eso estoy.

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    1. Hola Romina, claro que lleva tiempo y no es fácil. Está muy bien tomarlo con calma, abrir los ojos y sentir. Sentir qué nos conmueve y qué no en la vida. Por ahí anda el camino. Beso grande y gracias por compartir :)

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  6. Hola! Siempre te leo, es la primera vez que comento... me gusta mucho cómo escribís y en este momento me llegan mucho tus inquietudes... estoy en un momento de replanteo importante, no es fácil, pero creo que es la única forma de hacernos cargo de lo que nos pasa y de lo que queremos para nuestra vida... lo opuesto a seguir en piloto automático digamos...
    Respecto a los que juzgan y critican, hace rato que creo que viene de personas que no están bien con sus propias vidas...
    Saludos, te sigo leyendo!

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    1. Hola! Tarde pero seguro... Gracias por tus palabras.
      No... No es fácil. Pero estoy convencida de que peor es adormecerse... No replantearse nada...
      Te deseo todo lo mejor en tus búsquedas! Beso grande!

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