Ante mis ojos el cartelito decía: "Está tan de moda aprender a soltar, que ya se les olvidó cómo sostener". Al leerlo, no pude evitar más que sonreírme. A veces, hay un no sé qué en las sentencias de concientización, esas que aparecen como "enlatadas" y bien redonditas, que me irritan. Tal vez sea porque, muchas veces, en apariencia se ven muy lógicas, pero en el fondo siento que mezclan los tantos, confunden los términos y generan confusión.
Confusión, porque todos estamos a la caza de palabras que digan lo que queremos escuchar, entonces, si nos encontramos, por ejemplo, en una relación o un espacio que nos daña, pero tenemos miedo de dejarlo ir, frases como esta nos vienen como "anillo al dedo" para quedarnos estancados y no avanzar y llevarnos así el gran premio de los grandes sostenedores desdichados... O si algo o alguien "nos soltó", nos viene muy bien para señalar con el dedo y acusar la incapacidad de sostener.
A lo largo de los años, entendí que aprender a soltar no significa dejar de preocuparse por los demás, o no involucrarse con nada ni nadie para tan solo mirarse a uno mismo y a las propias necesidades. No, aprender a soltar significa distinguir lo que nos daña, lo que nos apaga, lo que nos corroe el alma, lo que nos absorbe nuestra preciosa y, a veces, tan frágil energía, y dejarlo ir.
Aprender a soltar equivale a no atarse a lo que nos reprime el vuelo, no quedarnos encadenados a lo que nos hunde la autoestima, no insistir una y otra vez en lugares que están enviciados hasta tal punto, que nos nubla los sueños y nos sumerge en aguas huracanadas y días de tormentas continuas.
Aprender a soltar no refiere jamás a olvidarse de sostener lo que realmente es precioso e importa en el mundo. Todo lo contrario: APRENDER A SOLTAR ES APRENDER A SOSTENER LO QUE VALE.
Creo que cuando realmente comprendamos lo que significa aprender a soltar, jamás nos olvidaremos de cómo sostener. No lo haremos, porque habremos soltado lo que nos lastima, para darle lugar a nuestra primera prioridad: el amor propio. Y con la autoestima enaltecida y el campo despejado de malezas y hierbas malas, tendremos una nueva fortaleza y una renovada capacidad para distinguir y para sostener con verdaderas ganas aquello que nos enriquece y ennoblece a nosotros y también al mundo.
Simplemente, considero que no hay que confundir la incapacidad de comprometerse con algo o alguien en la vida, con la expresión "aprender a soltar", como si fuera una moda de narcisistas que no atraviesan más que las superficies de las cosas y las personas, para luego escapar hacia otros rumbos. Creo que son dos temas totalmente diferentes.
Sospecho que todos, en menor o mayor medida, pasamos alguna vez por alguna etapa en la cual nos costó involucrarnos de lleno en trabajos, en relaciones y, en general, en nuestros espacios de vida. Podría decirse que, en esas épocas, "aprendimos a soltar mucho y nos olvidamos de cómo era sostener". Falso.... probablemente lo que justamente nos impedía sostener y comprometernos a fondo, no era estar inmersos en una moda de dejar ir todo, sino el hecho de no haber aprendido soltar de verdad lo que nos dañaba el alma de raíz y nos impedía sostener con sincera entrega aquello que valía.
Siento que tal vez deberíamos empezar a dejar de leer y absorber las expresiones como frases hechas y modas para copiarlas y pegarlas. Es momento de ahondar en lo que cada cosa significa realmente, observar cómo nos repercute en nuestro espíritu y evaluar a consciencia si debemos hacer cambios.
Personalmente, creo que jamás debemos olvidar que permanecer en un lugar que nos daña, tan solo porque "saber sostener" nos vuelve más exitosos y mejores ante los ojos sociales, nos lleva por mal camino. Lo que opaca, debe irse; lo que lastima, debe irse; lo que nos hunde el amor propio, debe irse; lo que nos reprime el vuelo, debe irse.
Libres de las espinas que nos envenenan el alma, nos volveremos mejores personas y siento que seremos capaces de sostener cualquier vínculo y espacio sano de nuestras vidas con firmeza y de manera genuina.
Me despido con una de mis bandas favoritas. Un tema que para mí está entre los mejores de todos los tiempos... Amo como crece y crece y explota con esa voz.... Quiero aclararles que la traducción está mal. Al final no dice: "Necesito tu amor", dice "Necesito amar" (I need to love), que es muy distinto. Justamente refiere a la necesidad de un amor real, no uno enfermo.
A ustedes, ¿les cuesta a veces soltar aquello que saben que les hace daño?
Beso,
Cari
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ResponderEliminarMe gusto mucho, ya me esta haciendo pensar en sostener algo que debo soltar. Gracias Cari.
ResponderEliminarUn placer poder ayudar como sea, con algunas palabras. Te deseo todo lo mejor!!! Abrazo!
Eliminarbonita reflexión. Gracias
ResponderEliminarGracias!!!
EliminarHola! Creo que el cambio está adentro. Hay casos en que creemos que un entorno nos daña, y en realidad la manera en que lo vivimos es lo que nos está dañando, entonces creo que el cambio está en uno/a; y que lo que hay que soltar es la estructura interna que nos lleva a vivir el suceso de esa manera.
ResponderEliminarMe encantó tu observación. Muchas gracias!
EliminarEs muy cierto este tema, justamente buscando esa frase en la que aprender a soltar está de moda, y gracias a tu explicación entendí, que aprender a sostener es saber exactamente haciendo lo contrario para valorar lo q es bueno, no siempre se ganan todas las situaciones a las que nos aventuramos al soltar, a veces algo bueno se nos va de las manos, pero tengo una pregunta,… qué sucedería si las cosas que van mal en pareja pudieran tener un arreglo o remedio con una comunicación asertiva?, una comunicación en el mismo idioma, son dos cabezas distintas y dos personas diferentes por eso del idioma, obvio esto es mi caso, pero gracias a todo lo que leemos en redes, no tenemos el razonamiento adecuado y nos negamos a “mediar” para no causar daños ninguno de los dos pudiendo tener lo que amamos sin dejarlo ir
ResponderEliminarIván, regreso a responderte después de tantos meses... perdón. Ni siquiera sé si te llegó el mensaje anterior (breve), que te contesté el año pasado. No sé cómo estarás con tu pareja ahora, pero quiero decirte que tu pregunta me la hice mil veces... Creo que para tener una "comunicación asertiva" los dos tienen que tener ganas de tenerla. Es decir, ganas de ir de A a B sin en el medio poner ruidos tales como introducir el pasado una y mil veces o distraerse del punto con "te estás poniendo emocional" o "no me gusta el tono". Esas cosas nos pierden de nuestro objetivo en común, que es tener una conversación que vaya de A a B. Entonces, creo que hay que sincerarse y preguntarse si ambos desean ese llegar de A a B y, por lo tanto, desean tener una conversación asertiva, que implica escucharse, tener realmente una comunicación. A veces las discusiones constantes se provocan porque por parte de alguno o ambos hay un deseo reprimido de soltar, pero simplemente no hay coraje, entonces se espera que el otro de el paso y decida: ya tuvimos suficiente. Creo que también es vital ser auténtico en lo que uno siente y dejar que el otro lo sea, sin fachadas, como regla antes de iniciar una conversación. Y respetar esta autenticidad. No sé... creo que a veces somos adictos al daño, a sufrir. Por eso, creo que las conversaciones asertivas, ante todo, se dan cuando primero ponemos en regla nuestro interior, no buscamos que el otro nos provea la felicidad, exploramos nuestros intereses autónomos (y dejamos que el otro lo haga) y hacemos las paces con nosotros mismos. Todo lo que dije me cuesta aplicarlo, pero trato jajja. Te deseo todo lo mejor!!
EliminarHola Ivan! Este mensaje es tan solo para que sepas que te leí... Apenas pueda te contesto con más tiempo. Muy interesante lo que planteas. Saludos.
ResponderEliminarHola Ivan! Este mensaje es tan solo para que sepas que te leí... Apenas pueda te contesto con más tiempo. Muy interesante lo que planteas. Saludos.
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