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Mostrando entradas de septiembre, 2018

“En mi época...”: Acerca del tiempo propio y el tiempo prestado

“Me  contaron  que  cuando   te   morís  vas al  cielo  y ahí  nacés  otra vez, todo nuevito”, me dijo la hijita de Diego hace apenas unos días. Con sus siete añitos, el  tono de su voz delataba seriedad mientras sus  ojos me observaban  solemnes,  grandes. De pronto, intrigada, lanzó:  “Si pudieras elegir entre seguir viva o morir ahora y que después puedas estar toda  nuevita otra vez, ¿qué harías? Elegir morir, ¿no? Porque todo lo  nuevo  es más lindo, ¿no?”, continuó ella con curiosidad.   “Pero, ¿y cuánto dura nuevo lo nuevo?”, le pregunté. Leti me miró intrigada: “¿Unas horas?”, indagó. “Puede ser, ¿pero, y entonces, para qué querer siempre estar nuevitos si  enseguida  vamos a dejar de estarlo ?”, le repliqué, divertida.   “ Mmmm  es verdad , no, unas horas no ... ¡Duramos nuevitos c omo unos 100 años!”,  exclamó triunfal . “Bueno ”, le dije, “Si es así, entonces  estamos siempre de estreno”.   Nuestra breve charla quedó balanceándose en mi cabeza hasta en mis su

La levedad del ser, el mundo onírico y una extraña manera de vencer los miedos

Desde que tengo memoria duermo liviano y sueño intenso. Recuerdo ser muy niña y sentir una sensación extraña con la llegada de la noche, como si trajera consigo una llave de acceso a un mundo paralelo al cual podía ingresar a través de un portal invisible, que comenzaba a abrirse ni bien cerraba los ojos.   Mis párpados caían,  pero no me dormía por largos minutos; minutos que, a veces, se transformaban en horas . Antes de sumergirme en el universo onírico, me  abrazaba a mi mundo interno, a mis pensamientos, que vagaban ilimitados y libres por rincones impensados y tan míos. Únicamente míos. ¡Qué placer ese, el de saber que nadie puede adentrarse en nuestros pensamientos! Hasta el día de hoy muchas veces lo siento así: allí, en el silencio que trae la oscuridad del reposo, trato de escaparme de los ruidos, las cotidianidades, las preocupaciones y los deberes ser en esta tierra tan compleja, para volar con mi imaginación antes de dormirme. Y cuando finalmente mi cuerpo y