A veces me impactan la cantidad de frases en apariencia tan bonitas que circulan en las redes. Todas ellas tan colmadas de ganancia y motivación. Proverbios de jarrones rotos que se vuelven a unir con hilos de oro, o sentencias de pensamientos positivos y leyes de atracción que transforman las vidas en un paraíso de grandes logros. Me impactan porque, en el fondo, siento que encierran una enorme trampa: ahí, detrás de aquellas palabras, habita la culpa. Sí, culpa por no haber sido capaces de remendar lo roto. Culpa por los pensamientos algunas veces tan oscuros. Culpa por enfermarnos, ¡es que seguro no sonreímos lo suficiente! Culpa por no meditar ni hacer yoga ¡como todos! para calmar la ansiedad. Culpa por no cumplir con lo que la sociedad espera de nosotros... aunque sea en algún momento. Culpa por ser tan imperfectos, tan humanos. Es que en este mundo ordinario siento que no vale preguntarse acerca de la felicidad, a pesar de que en apariencia se ...
En el día a día, a veces es un desafío mantenerse fiel a uno mismo, a la propia esencia e identidad. Lo urgente opaca lo importante y, sin darnos cuenta, corremos el riesgo de aplazar nuestros proyectos, dudar acerca de quiénes somos y cuáles son nuestros verdaderos objetivos de vida. En este espacio propongo que tomemos las riendas, reafirmemos nuestra identidad y nos animemos a abrazar la vida para avanzar hacia nuestros sueños con paso pequeño o grande, pero decidido y lleno de amor propio.